El ganador del premio al Peor Jefe del Mundo 2014, Jeff Bezos continúa explotando a sus trabajadores y trabajadoras con bajos salarios y condiciones de trabajo indecentes. En los últimos tres años, en 600 ocasiones tuvieron que enviarse ambulancias a los almacenes de Amazon en el Reino Unido, y han salido a la luz abusos generalizados –desde controlar el tiempo empleado para ir al baño a metas objetivos y sueldos inferiores al salario mínimo–.

Vincent Bolloré ha sido objeto de una investigación formal en Francia, bajo acusaciones de corrupción y de influir en los resultados de las elecciones en algunos países de África. La compañía tiene la reputación de ejercer competencia desleal, corrupción y explotación de los trabajadores. Sherpa afirma que, desde 2009, Bolloré o Socfin –en parte propiedad del grupo– ha lanzado una veintena de acusaciones de difamación contra 40 periodistas, ONG y agencias de prensa.

La compañía Glencore está acusada de ser responsable de violaciones de los derechos humanos y daños medioambientales en muchos de los países donde opera, y está actualmente siendo investigada por el Departamento de Justicia de EE. UU. por alegaciones de cohecho y corrupción. El Departamento de Justicia emitió un requerimiento de documentación relativa a las actividades de Glencore en el Congo, Nigeria y Venezuela. Glencore opera minas en prácticamente todos los rincones del mundo y comercia también con productos básicos, habiendo recortado su propia producción para inducir un incremento de los precios.

Uber, la app de viajes compartidos, no respeta los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Uber se niega a reconocer a sus conductores como trabajadores, con derecho a un salario mínimo y vacaciones remuneradas. Los conductores están obligados a realizar muchas horas para ganar un salario digno, y muchos terminan endeudados para poder cubrir los costos de adquisición del vehículo, combustible y seguro. Los sindicatos han llevado a Uber a juicio para reclamar los derechos de sus conductores, pero la compañía piensa que puede seguir operando fuera de la ley.

Samsung goza de reputación por su tecnología moderna, pero también tiene un historial de condiciones medievales para los cerca de 1,5 millones de trabajadores y trabajadoras atrapados en una enorme y oscura red de subcontratistas y subsidiarios a lo largo de toda su cadena de suministro. Una presentación PowerPoint filtrada –destinada exclusivamente a sus directores ejecutivos– expuso su estrategia antisindical mundial: decreta “contramedidas” específicas que deberán emplearse para “dominar a los empleados”. El material filtrado da instrucciones a los directivos para “aislar a los empleados”, “castigar a los líderes” y “provocar conflictos internos”.

Walmart es propiedad de una de las familias más ricas de los Estados Unidos, pero sus trabajadores y trabajadoras cobran sueldos miserables, y pueden ser penalizados por los días de ausencia en caso de enfermedad. La compañía ha intentado proyectar una imagen más respetuosa hacia los trabajadores, con promesas de incrementar el salario mínimo. Pero al mismo tiempo, ha recortado otros aumentos salariales basados en méritos. La ausencia de políticas apropiadas en Walmart ha supuesto que algunas trabajadoras embarazadas se vean obligadas a elegir entre un embarazo saludable o su puesto de trabajo.

Pilotos de Ryanair en Bélgica, Alemania, Irlanda, Países Bajos y Suecia convocaron huelgas en 2018 reclamando mejores condiciones y términos de empleo. Michael O’Leary aceptó reconocer los sindicatos de pilotos y personal de cabina. Anteriormente, O’Leary había declarado que antes se congelaría el infierno que tener sindicatos en Ryanair. En algunos países se han obtenido acuerdos, pero su compromiso respecto a los sindicatos parece ser menos convincente. Hasta octubre de 2018, O’Leary se ha negado a reconocer el nuevo sindicato polaco de tripulantes de cabina.

Deliveroo se ha convertido en una empresa de escala mundial, con 35.000 repartidores en todo el mundo. En el Reino Unido, los repartidores de Deliveroo han venido luchando por que se les reconozca como trabajadores de la empresa y no como empleados por cuenta propia. Por el momento no tienen derecho a pensiones, vacaciones ni permisos de enfermedad remunerados. La mayoría de los repartidores cobran por entrega –y no en base a una tarifa por hora– lo que beneficia a la empresa, pero repercute negativamente sobre los trabajadores que intentan ganar un sueldo digno. Disponen de tres minutos para aceptar una entrega en la aplicación, y tienen que desconectarse durante el tiempo que tomen para ir al baño.

Marriott cuenta con más habitaciones de hotel que cualquier otro grupo hotelero a nivel mundial. Sus beneficios han aumentado en un 279% desde 2008. Durante ese mismo período, los ingresos anuales de los trabajadores en sus hoteles apenas se han incrementado un 7%. Los trabajadores/as de Marriott no saben cuándo podrán disfrutar de un día libre y sus jornadas de trabajo son totalmente imprevisibles. Sus puestos de trabajo se ven amenazados por la automatización, incluyendo el hecho de que los clientes encarguen las bebidas a través de iPads en lugar de pedirlas al personal. Los sindicatos acogen favorablemente la tecnología y están dispuestos a colaborar, pero mientras que Marriott obtiene beneficios enormes, los trabajadores y trabajadoras son dejados de lado.

En el mundo de la industria cinematográfica, más de 80 mujeres han acusado a Weinsten de acoso sexual o conducta indebida a lo largo de un período de 30 años. En muchos casos, los abusos habían sido silenciados, bajo la amenaza de no obtener un trabajo. Weinstein fue despedido de su propia compañía y ahora deberá enfrentar cargos. Las mujeres que sacaron a la luz esos casos desencadenaron el movimiento #MeToo contra la violencia y el acoso sexual en el lugar de trabajo. Guardar silencio nunca debe ser una condición para poder trabajar.